Soy el gavilán.
Te veo desde las nubes
negras del cielo puneño
Una agüita muy clara
está bajo tus pies desnudos.
Otra agüita transparente
sale de tus pezones rosados
y cruza cantarina
por tus bellos de choclo
por tus rodillas abiertas.
Estiro, entonces, mis negras alas.
Las inmovilizo,
mi pico apunta tu cabeza,
garra, sed, viento,
velocidad,
caigo sobre ti,
para beber con mis ansias
las gotitas puras
las dulces cristalinas gotitas
de tu vida.
¡Mi pobre avecilla
delicada!
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