martes, 4 de diciembre de 2007

PANORAMA DE LA NARRATIVA ACTUAL

Hay una desconfianza de todo aquello que se llama "modelo". Ya no hay tanta preocupación por el rol ideológico-político del escritor. El escritor como ser humano puede tener sus compromisos ideológicos y políticos muy radicales, pero en el productivo creador existe un compromiso más directamente con el lector.

Tal vez en la década del sesenta y del setenta el escritor se sentía asediado de la exigencia que le pedía la politización de sus trabajos. Ahora, pasada toda esta época de grandes confrontaciones ideológicas entre los modelos políticos aparece otro tipo de confrontaciones que son extraliterarios pero que tienen que ver también con la variedad de las opciones temáticas, y esto lo he escuchado en las conversaciones que he tenido en los últimos días, en la que se enfocan distintos discursos de la realidad social. Por ejemplo, lo que significa el género dentro de la literatura. No es casual que Tony Morrison, escritora, se preocupa por encontrar ansiosamente un nuevo lenguaje que sea capaz de cautivar a sus lectores.

Hay un compromiso en esta época, con el lector. Por eso no hay que mediatizarlo o coactarlo, utilizarlo con temas políticos, aunque estos temas sean muy legítimos. De esta manera, regresamos a una nueva valoración de la narración como experiencia estética que rescate a todo lo que significa lectura como revolución de la vida, y también como placer del entretenimiento.

Hay diferentes aspectos que se presentan en la narrativa contemporánea que pueden ser enjuiciados como la literatura "lay": concordar los diferentes fenómenos sociales y políticos indudablemente relacionados con esos contenidos temáticos, con la experiencia estética y la novela de formación.

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