lunes, 19 de noviembre de 2007

ESTRUCTURA Y CONCEPCIÓN DE LA POESÍA TRADICIONAL Y CONTEMPORÁNEA

¿Cuál es la diferencia fundamental en cuanto a la estructura y concepción entre la poesía tradicional y la contemporánea?


Chocano, el gran modernista, cuando hablaba de los caballos se refería a los caballos de carne y hueso, a caballos concretos, a los cuales quería exaltar. En cambio, Federico García Lorca cuando escribió: "los caballos negros son, negras son las herraduras" usa el término caballos, pero no para hablar de caballos concretos, de hueso y carne. Notemos la gran diferencia. García Lorca utiliza : "los caballos negros son" para referirse a otra cosa muy diferente a caballo. Usa este caso para dar impresión de oscuridad, de noche, de muerte. Esto es lo que hace la gran diferencia, entre lo que es la poesía tradicional, en este caso representada por el modernista Santos Chocano y lo que es la moda poética de la visión irracional de la poética contemporánea, y marca también, posiblemente, el salto cualitativo más importante en la poética desde la época del mismo Homero.


¿Cuál es pues la diferencia fundamental? Que con el poema tradicional el poema llega primero a nuestro entendimiento y después que entendemos lo que dice el poeta, nosotros vamos directamente a la emoción. Nos emocionamos porque entendemos algo; sin embargo, en la poesía moderna de visión irracional el poeta pretende dirigirse primero al subconsciente y pretende ocasionar primero el sentido de emoción y recién ir a entender racionalmente el poema. Esto es una gran diferencia no solamente de actitud del poeta sino concepción misma del mundo.


El poema irracional contemporáneo considera que el conocimiento del mundo no puede ser a través del entendimiento sino a través de la intuición. Y para ello parte desde el filósofo Berkeley a Marx, de Shopenhauer a Nietzsche, desde Bergson a los filósofos de tipo contemporáneo.


En otras palabras, el poema contemporáneo es la contemplación misma de la intuición como el máximo instrumento cognoscitivo del ser humano.


Ahora bien, analicemos un poco más lo que significa esta estructura. Citemos otro verso, por ejemplo:


"La luna es vieja y sólo es joven cuando bebe"


La primera impresión que tenemos es de sorpresa, no se supone que el mundo real la luna sea vieja o que sea joven y esa sorpresa inmediatamente se aloja en el subconsciente, porque no entendemos que es lo que quiere decir el poeta: "La luna es vieja y sólo es joven cuando bebe". Pero, ya ha causado la primera impresión, la impresión de sorpresa que es lo que el poeta quiere, el poeta de la visión irracional. Y, entonces, el poeta espera que una vez que hayamos tenido esa sorpresa indaguemos extraestéticamente el sentido de lo que quiere decir. Ningún poeta va a dar las palabras simplemente por el beneficio de las palabras, sino que a pesar de la aparente oscuridad, esas palabras tienen sentido, en el sentido de conocer mejor la capacidad existencial del hombre. Y, supongamos que en un análisis extra estético el lector llega a la conclusión de que la luna es vieja y es joven sólo cuando bebe; se trata de explicar la ambigüedad del ser humano, su doble moral, que de una manera es como parece ser cuando sus intereses están en el medio, aparece de otra manera, y, ahora sí cuando llegamos a ese sentido entendemos qué quiso decir el poeta: "la luna es vieja y sólo es joven cuando bebe".

Y sigamos con el poema, y dice: "la luna es agria y es de miel sólo cuando anochece". Otra vez tenemos esa visión irracional, la misma idea del subconsciente, recalcando la dualidad del ser en cuanto a su comportamiento que proviene también de una dualidad moral y, si queremos llegar más allá, para ratificar qué es lo que está diciendo el poema nos enteramos que el poeta hace notar la contradicción del ser en cuanto se refiere a su comportamiento le dice: "hoja celeste de otoño". No se supone que en otoño haya hojas celestes, pero "hoja celeste de otoño, significa la contradicción de querer ser lo que no se es. O cuando dice también "pampa azul de río negro" no puede significar que haya pampa de colores en un río de aguas negras.

O cuando dice: "luna medusa de cabello verde", para decirnos que ese comportamiento es como aquella medusa que nos paralogiza cuando la vemos, en esa dualidad tan terrible. Y, ahora, sí, llegamos al convencimiento de que poema irracional, de visión irracional, tiene sentido si nosotros nos encargamos de analizarlos. Ningún poeta escribe sólo por escribir palabras.


Sobre ese particular observemos un poco más la estructura: "La luna es vieja y sólo es joven cuando bebe".

En primera instancia contenemos una contemplación estética sólo ante los significantes, ante las palabras. Y esa contemplación estética la vemos en ese verso porque no queremos todavía encontrarle sentido. Al observar esa momenclatura de palabras sentimos cierto placer estético porque nos parece bien hechas, si es que nos parece bien hechas y, luego, recién encontramos un sentido y cuando encontramos el sentido, notamos siempre que el sentido que dé el poeta es ético y, entonces, nuestra contemplación está completa. Tenemos la contemplación de la belleza que es una síntesis de lo ético y de lo estético.

Cuando escuchamos y vemos o leemos en el poema y cantamos esa unidad ética-estética tenemos la visión de lo que es lo bello.

Ese es mi primer estandarte estético-ético que me permito presentar en consideración de ustedes. El poema, la belleza es siempre ética-estética, nunca es solamente una de ellas.

Daremos un ejemplo para abordar mejor este asunto. Pongamos otra vez la imagen de caballo, y si vemos al caballo, y abstraemos el fin, la utilidad que tiene el caballo de servir de transporte; si abstraemos la utilidad que tendría el caballo de servir para ser exhibiciones tan hermosas, como las hacen en el Perú y nos concentramos simplemente en la imagen del caballo tal como la vemos inmediatamente, tenemos una contemplación sólo estética, pero si queremos encontrar un sentido a esa creación de la naturaleza llamado caballo, no la encontramos y, entonces, no tenemos la contemplación ética de la figura caballo y no podemos encontrarla, porque la naturaleza hace cosas hermosas pero sólo el hombre, al dotar a esas cosas hermosas de ética, las convierte realmente en cosas bellas.

La belleza es una categoría que depende exclusivamente de la relación que tenga el ser humano con la naturaleza. Vuelvo a insistir, la naturaleza puede hacer cosas hermosas pero sólo el ser hamano las hace bellas.

Veamos un paisaje. Un paisaje es bello no porque la naturaleza lo ha hecho así. La naturaleza hace simplemente un pedazo de naturaleza, pero viene el pintor y transfigura ese pedazo de naturaleza que es hermoso y, a través de su capacidad ético-estético, lo transforma y lo expresa ante lo que vemos. En ese instante aparece el paisaje y, en ese instante, lo simplemente hermoso aparece bello por la transfiguración que ha hecho el pintor de convertir un pedazo de naturaleza en un paisaje ético-estético.

Veamos por ejemplo a la figura de la mujer. Siempre la mujer ha sido identificada como la máxima expresión de la belleza en todas las escuelas, en todas las artes occidentales. Pero veamos, veamos por ejemplo, una mujer hermosa que la ha hecho la naturaleza hermosa. La vemos como un montón de carne bien proporcionada. Con ojos lindos, con cabellos lindos, con carne y huesos bien proporcionados. En este instante tenemos la visión estética de la mujer pero todavía nos falta algo para darle el epíteto de belleza, de bella. Nos falta conocer su alma. Nos falta conocer y saber si esa mujer expresa en los ojos, en los ademanes y en el rostro las virtudes que nosotros concedemos a la mujer en nuestra civilización. Para saber si esa mujer hermosa de carne y huesos es también bella nos falta saber si es tolerante y es comprensible, si es pródiga en su cariño, es decir, si simboliza exactamente lo que nosotros tenemos de la imagen de mujer; y cuando descubrimos a una mujer hermosa físicamente y nos damos cuenta que su rostro también empieza a demostrar su belleza de alma, entonces, decimos esta mujer es bella, no sólo hermosa, hablo de la mujer en sentido porque es cierto, porque significa la máxima expresión de belleza que la mujer no puede conceder a cualquier cosa y es por eso que las modelos de las revistas no nos llegan. Nos llegan como hermosas, pero hasta que no conozcamos cómo son, nunca podemos decir que son bellas y hay algo más, lo ético, señores, hace hermoso lo que podría considerarse feo. Yo recuerdo una vez cuando era niño y estaba aprendiendo a leer y había una página que decía así, permítame que la cite: el niñito de siete años mira a su madre y le dice: madre qué hermosa que eres, excepto tus manos que son tan feas. El padre que estaba escuchando lo llama y le cuenta que su madre tenía esas manos feas porque cuando él era bebé su cuna se incendiaba y la madre para salvarlo sin pensar en el fuego mete las manos y lo saca, y ahí los cicatrices. El chiquito escucha, vuelve y le dice a su madre: madre, qué hermosa que eres, y lo más bello que tienes son tus manos.

Ésta es una muestra de cómo lo ético puede volver bello algo que aparentemente, si no existe esa relación ética, puede que sea fea. No nos olvidemos eso cuando agarremos el poema. No nos olvidemos que el poema para el lector tiene que llevar siempre esa unidad estética de hermosura y ética de belleza.

Entonces, el poema irracional siempre es, igual que el tradicional, una síntesis ético-estética y, también, es un instrumento cognoscitivo de la hermosa sorpresa de existir cada día, pero no abusemos, ni digamos que simplemente la visión irracional es sólo eso, y nada más que eso es poema.

Recordemos que el mundo que forjamos con la visión irracionalista es un mundo lingïístico solamente, pero no es un mundo real; no cambiamos la realidad por la imagen de la visión, lo que cambiamos es la normativa del lenguaje, nada más, y, evidentemente, formamos un mundo paralelo pero lingüístico.

"La luna es vieja y sólo es joven cuando bebe" evidentemente, es una creación porque en la vida real no existen lunas, ni beben, o viejas o son jóvenes, pero esa creación es sólo lingüística. No confundamos la creación lingüística con la supuesta transformación del universo mediante el poema. Pero si tenemos que crear las imágenes, crear un mundo nuevo lingüístico, como decía el gran Huidobro: crear el poema como la naturaleza crea un árbol, sí, creamos un mundo lingüístico, pero no creamos que podamos vivir en él es sólo lingüístico, no es realidad.

Por otra parte, tampoco abusemos del poema tradicional, no lo vulgaricemos, no lo pongamos simplemente como un confesionario, donde creemos que vamos a vaciar nuestra supuesta orfandad metafísica. Ya basta de angelitos. Basta de rayos luminosos. Basta de pétalos, y basta de amaneceres que sangran.

Hay miles y millones de niños que mueren de hambre. Hoy la mujer que quiere irrumpir en la vida económico-social y ser mujer como ente significativo, y no sólo como madre, como hermana, como novia o como amiga.

Hoy, el capitalismo y la tecnología capitalista está destruyendo completamente la naturaleza y, al destruir la naturaleza, está destruyendo también la especie humana. Hay quienes pueden apretar la ojiva nuclear. Hay injusticia. Hay hambre. ¡Cómo es posible que dejemos de lado todo eso! Simplemente para convertir el poema en un confesionario y hablar de supuestas, vuelvo a insistir, místicas.

Tampoco teatralicemos y melodramicemos el poema...no lo vulgaricemos. No compitamos con las telenovelas, de dramatizar el poema ni sentimentalizarlo en extremo.

Hagamos lo que es el poema, un instrumento ético-estético que nos sirva para plantear las interrogantes y para pretender, intuitivamente, en contrarespuestas.

En ese sentido, afirmo que todo filósofo debería ser un poeta, porque a través del poema intuitivamente debería buscar su expresión y su interrogante y sólo después que el poema haya permitido expresar la intuición, recién desarrollar rigurosamente y desarrollar en un tratado lo que esa intuición le dice.

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