Un día te enseñé a volar
y llegaste conmigo al cielo.
Me enfermé
ya de viejo
creí morir
en el silencio
Me vestiste con tus plumas
me diste de comer con tu pico
Seguí enfermo
extrañaba la maldad de la tierra
para morir en ella.
Te quitaste todas las plumas:
un nido hiciste en el mundo.
Nos arrojamos.
Cruzamos nubes,
rayos, truenos,
relámpagos,
lluvia, tormentas,
balas,
y caímos haciendo
el amor
en el suave nido de tus plumas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario